Hoy más que nunca, los docentes recibieron muchos besos, abrazos y sonrisas, cada uno de ellos será el impulso para continuar con la tarea de diaria. El encuentro con los alumnos borra el malhumor, el descontento y el cansancio, y aparecen nuevamente las ganas de proyectar, de soñar y de nunca bajar los brazos.
A todos los que hacen de su profesión, una forma de vida, les deseamos un
¡MUY FELIZ DÍA!
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